lunes, 25 de mayo de 2015

Animales y más que animales, Saki, Hector Hugh Munro




Revisando el blog he visto que la entrada sobre Saki ha tenido mucho éxito, parece que los lectores os decantáis por el relato,por los cuentos que, en un impacto breve, satisfacen vuestras necesidades más inmediatas: os emocionan, os hacen reír, os producen un efecto emocional. Ya sabéis por mi anterior entrada sobre Saki,
Cuentos de humor negro, que su descubrimiento fue una casualidad, una de las sombras que tengo como lector. Porque es imposible conocerlos todos, a todos, saber todas las literaturas o encontrar todos los libros de la biblioteca de Babel, pero ahora esto ha cambiado y me adentro en él de manera consciente, sin titubeos, disfrutando cada cuento de manera individual, única, generosa.

Los cuentos me llenan de virtud, en el sentido más clásico de la palabra, de amor por la lectura, de sosiego del alma. El relato breve es maestría, es pasión, inteligencia, maestría en estado superlativo. Porque hacer una buena redacción que, además, la podamos leer en apenas cinco minutos, es un arte al alcance de muy pocos, de escasos miembros del universo literario. La novela da renombre, acceso al gran público, a la industria del entretenimiento. La novela es un hermano mayor narrativo con atributos del relato. Pero el relato, amigos lectores, el relato demuestra la capacidad artística sin artificios: quien es capaz de componer una buena trama en diez páginas, es un maestro, ¿o no?
Por eso siguiendo mi anterior entrada os dejo los cuentos que nos presenta la editorial Valdemar, algunos se repiten de la anterior edición, pero l a mayoría son desconocidos, disfrutarlos.


La loba: con su habitual socarronería navega por entre la inconcebible estupidez de la burguesía. La ociosidad da lugar a cierta simpleza que les lleva a creer en la posible trasformación de una mujer en loba.

Laura: la tenemos en la anterior entrada.
El cerdo: relato delicioso donde dos mujeres, hija y madre, quieren colarse en una fiesta a la que no han sido invitadas, pero no cuentan con Matilda, ese ángel infantil, ocasional invitado de otros relatos, que lleva en el corazón la semilla del diablo, la maldad refinada y malvada, que ha sido desterrada por tratar con amor a su primo Claude.

Me alojo con mi tía y me dijeron que hoy debía portarme particularmente bien, pues vienen muchas personas a una fiesta en el jardín, por lo que me dijeron que imitara a Claude, mi primo pequeño, que nunca hace nada mal si no es por accidente, e incluso entonces siempre se excusa.

Brogue. Ser un buen vendedor es muy complicado, y cuando lo que queremos es deshacernos de un caballo imposible, inútil, catastrófico, es imprescindible regalárselo al que será el novio de nuestra hija para asegurar su matrimonio. Si algún lector quiere saber lo que es humor inglés solo tiene que leer este cuento sobre los posible e imposible.

-Tengo una casa llena de hijas -contestó la señora Mullet-. Y he estado intentando...bueno, desde luego quitármelas de las manos  no, pero uno o dos maridos no estarían de más entre todas ellas; ya sabe que son seis./-No lo sabía -contestó Clovis-. Nunca las he contado, pero imagino que tendrá razón en cuanto al número; generalmente las madres conocen estas cosas.

La gallina. Las visitas entre las clases acomodadas a finales del XIX y principios del XX, cuando un amigo o pariente venía a quedarse en nuestra casa y se quedaba una temporada, parecen ser un problema cuando una gallina se interpone en una relación.

La ventana abierta. Ya os he contado que los adolescentes especialmente diabólicos participan en algunos de los relatos, en este el ingenio y la imaginación son capaces de estructurar las reacciones de los personajes.

basándose en el engaño tolerablemente bien extendido de que los desconocidos y las amistades hechas al azar están hambrientos de los menores detalles acerca de las enfermedades y dolencias de uno, con sus causas y curaciones

El barco del tesoro. Los jóvenes ociosos que esperan vivir de las rentas de sus parientes, pueden ser un problema cuando lo que quieren sus parientes es aprovecharlos para que trabajen para ellos.

poseía un sobrino, Vasco Honiton, un joven caballero bendecido por unos ingresos pequeños y un gran círculo de parientes, lo que le permitía vivir imparcial y precariamente de ambos.

La telaraña. En la anterior entrada.

La tregua. Relato delicioso sobre las armas que posee una joven delicada e inteligente cuando un candidato a unas elecciones necesita descansar y no pensar en política en toda la noche.
El golpe más cruel. En una época de huelgas un gran duque inicia un divorcio que se convierte en un gran negocio de los medios, pero, claro, él quiere conseguir un cierto beneficio, pero las cosas son complicadas, y, ¿qué pasaría si él hiciese huelga de su divorcio? Los temas sociales pasan por los relatos como motivos superficiales, pero siempre podemos hacer una lectura menos trivial y ligera de lo que nos dice el mago del relato.

El gobierno del presente, que por su tendencia a ir con unas horas de retraso con respecto al curso de los acontecimientos había sido apodado el gobierno del futuro.

Los cuentistas. En la anterior entrada.
El método Schartz-Metterklume. Lady Carlotta es una burguesa ociosa irreverente y maleducada que se toma la vida con esa dejadez artística que tanto me hace reír. Al perder el tren se hace pasar por una institutriz de unos nuevos ricos. Es ideal, corrosivo, implacable.

En esta ocasión tan sólo perdió el tren, el cual, mostrando el primer signo de impaciencia durante todo el viaje, había partido sin ella.

La séptima pollita. Es importante fabular como remedio contra la indiferencia, pero convertirse en un Munchausen, tiene sus consecuencias. El mundo moderno es el mundo del ego, del yo hiperinflaccionado, donde la ausencia de humildad y empatía es una característica corriente.

En el curso de los días siguientes, Blenkinthorpe descubrió la poca importancia que tiene la pérdida del respeto hacia uno mismo cuando se ha obtenido la estima del mundo.

El punto débil. Como siempre la vacuidad del ser humano esclavo del deseo, de sus debilidades. Un momento policíaco, una intriga que se resuelve con una boutade, ese es el carácter de la ligereza aparente de la literatura de Saki. 

Regresas ahora del funeral de Adelaide, ¿no es cierto? —preguntó sir Lulworth a su sobrino—. Supongo que habrá sido parecido a la mayoría de los funerales.
Ya te hablaré de él en el almuerzo —contestó Egbert.
No harás nada semejante. No sería respetuoso ni para la memoria de tu tía abuela ni para el almuerzo. Empezaremos con aceitunas españolas, después tomaremos una sopa «Borsch», seguida de más aceitunas con algún ave, con un vino del Rin bastante atractivo que, aunque no ha resultado tan caro como los vinos de ese país, a su manera sigue siendo bastante laudable. En ese menú no hay absolutamente nada que armonice lo más mínimo con el tema de tu tía abuela Adelaide o de su funeral. Fue una mujer encantadora, inteligente como cualquiera puede serlo, pero tenía algo que me recordaba siempre la idea que se hace un cocinero inglés del curry de Madras.

Atardecer, es un relato perfecto donde las tramas confluyen hacia la apariencia, pero la historia adquiere vida propia. Es increíble la importancia que puede tener una pastilla de jabón.

Un toque de realismo. Una fiesta puede ser una pesadilla cuando los indolentes ociosos juegan a ser quienes no son.

La prima Teresa. ¿No es la vacuidad el arte de lo superficial? Como el mérito y el talento no son reconocidos, dejan paso a la arbitrariedad, a la vulgaridad y a los gustos prosaicos frente a los grandes esfuerzos y trabajos.

Por eso damos la bienvenida a una producción comprensible como «Prima Teresa», que tiene un mensaje auténtico para cada uno. Evidentemente, no es posible entender ese mensaje de inmediato, pero desde el principio se siente que está ahí. Yo la he visto dieciocho veces, y voy a volver mañana y el jueves. Nunca resulta demasiado.

La tortilla bizantina. Los intereses de cada uno son diferentes, y una buena solución puede ser un gran problema. Contratar a un esquirol puede ser una solución idónea ante un compromiso, pero los sindicatos pueden entrar en conflicto. Delicioso y políticamente inadecuado. Me encanta.

Sophie Chattel-Monkheim era socialista por convicción y Chattel-Monkheim por matrimonio. El miembro de esa acomodada familia con el que se había casado era rico incluso en la medida en que sus parientes contaban la riqueza. Sophie tenía opiniones muy avanzadas y decididas con respecto a la distribución del dinero: era una circunstancia agradable y afortunada el que también tuviera el dinero. Cuando condenaba elocuentemente los males del capitalismo en reuniones de salón y en conferencias fabianas, era consciente del cómodo sentimiento de que el sistema, pese a todas sus desigualdades e iniquidades, probablemente la sobreviviría. Uno de los consuelos de los reformistas de mediana edad es que el bien que inculcan, si llega a producirse, se hará realidad después de su muerte.

La fiesta de Nemesis. ¿Las fiestas son realmente importantes?¿A quién debemos felicitar?¿Qué otra celebración sería conveniente hacer?
El soñador. Un día cualquiera Adela decide ir de compras con su sobrino, el consumo como leitmotiv, pero la resolución de la trama es sorprendente, cotidiana.

Era la temporada de las rebajas. El augusto establecimiento de Walpurgis and Nettlepink había rebajado los precios durante toda una semana como concesión a las costumbres comerciales, de manera muy semejante a como una archiduquesa podría contraer, entre protestas, una gripe por el insatisfactorio motivo de que abundara esa enfermedad.

El membrillo. Los relatos son también fruto de su tiempo, como en este en que los cotilleos, el hablar del ausente se asocia a las mujeres ociosas que solo piensan en frivolidades.

Las ratoneras prohibidas. Clovis, uno de los personajes recurrentes de Saki, aparece en este divertido relato sobre el cortejo y la protección de una águilas, ¿por qué eran águilas, no?

Clovis era de los que opinaba que cuando merecía la pena contar una mentira, había que contarla bien.

La apuesta. La necesidad de apostar es inherente a muchas personas, es superior a sus fuerzas, es una necesidad tan vital como el comer. Cuando un jugador muere por apostar, puede llegar muy lejos.
Clovis y las responsabilidades de los padres. Es curioso, no os imagináis la de veces que he hablado con amigos y conocidos de los niños y cómo, sistemáticamente, me encuentro con superdotados académica y emocionalmente, tantos que debemos vivir en el país de mayor índice de intelectuales por metro cuadrado. El problema es cuando tengo el placer de conocer a los pequeños genios tantas veces malcriados e insoportables, mediocres como sus padres. Ególatras egoístas. En el fondo me reconforta saber que mis hijos son absolutamente normales.

Marión Eggelby estaba sentada junto a Clovis hablando del único tema del que le gustaba conversar: sus hijos y sus diversas perfecciones y logros. El estado de ánimo en el que se encontraba Clovis no podría describirse como receptivo; la generación juvenil de Eggelby, representada con los improbables colores brillantes del impresionismo maternal, no despertaba en él entusiasmo alguno. Pero la señora Eggelby tenía entusiasmo suficiente para los dos.

Una tarea de vacaciones. Cuando una dama no sabe quién es, tal vez una metáfora inocente sobre el dolce far niente, la búsqueda de la identidad puede ser un entretenimiento divertido.
El buey en el establo. En la otra entrada.
El contador de historias. En la otra entrada.
Una dura defensa. Absolutamente genial. Treddleford se dispone a leer y disfrutar de la lectura en su club, pero Amblecope es un pelma, a cada intento de darle el coñazo T le responde con una historia inverosímil e insoportable. Desde luego podemos sacar conclusiones sobre las relaciones y las personas que solo hablan del yo obviando el tú: son unos pelmas insoportables. Hay que darles con su medicina.

Es vicepresidenta local de la Asociación Cristiana de Mujeres jóvenes (obviamente tiene 72 AÑOS)
Cuando Treddleford iba a salir del salón, se encontró con Amblecope, que también salía para dirigirse a la sala de billar, donde quizás algún pobre hombre se encontraría preso y obligado a escuchar las veces que había asistido al Grand Prix, con las posteriores observaciones acerca de Newmarket y Cambridgeshire. Amblecope iba a pasar el primero por la puerta, pero un orgullo reciente se agitó en el pecho de Treddleford, que con un gesto retuvo al otro.
—Creo que tengo preferencia —anunció fríamente—. Usted es tan sólo el Pelmazo del club; yo soy el Mentiroso.

El alce. En la otra entrada.
Huelga de plumas. La arraigada costumbre de agradecer regalos navideños que no necesitamos y que nos vemos obligados a hacer, crea una divertida discusión en un matrimonio. Incisivo, corrosivo y políticamente incorrecto.

Pero toda esa devastadora y abultada correspondencia relacionada con la estación festiva deberá ser abolida para dar a estos días la posibilidad de ser un tiempo realmente festivo, sin problemas, con paz y buena voluntad continuas.

El día del santo. Nuestro personaje va en tren cruzando Europa para ver a su amada, pero en mitad de una nevada su vagón de tren queda desenganchado de la máquina principal en mitad del bosque, y claro, tendrá que negociar con una campesina y unos lobos para sobrevivir. No hay nadie más estúpido que el que vive encerrado en su mundo y no mira lo que pasa alrededor. Muy divertido.
El trastero. ¿Hay algo más maravilloso par aun niño que descubrir lo que oculta un trastero? Los niños siguen siendo esos seres malvados, y, claro, mantiene intacto su sentido del humor.

Aquella misma mañana se había negado a tomar la leche con pan integral por el motivo, evidentemente frívolo, de que dentro había una rana. Personas de más edad, más sabias y mejores le habían dicho que no podía haber una rana en su leche con pan, y que no debía decir tonterías. Sin embargo él siguió diciendo las mayores tonterías y describió con gran detalle el color y las manchas de la supuesta rana. Lo dramático del incidente fue que realmente había una rana en el cuenco de leche y pan de Nicholas: él mismo la había puesto allí

Piel. Es maravilloso ser amigo de alguien, sobre todo cuando no hay obligación de reciprocidad, entonces el egoísmo y la estupidez pueden hacer que tus peores pesadillas se hagan realidad contra ti. Delicioso, perverso y cínico.

Es una especie de primo distante de mi madre, pero tan rico que nunca hemos permitido que la relación desapareciera....
Cuando alguien se enriquece, poco a poco sus necesidades y nivel de vida se amplían proporcionalmente, mientras su instinto para los regalos suele permanecer en la condición subdesarrollada de los tiempos anteriores. Su única idea del regalo ideal es algo vistoso y que no resulte demasiado caro. Ése es el motivo de que incluso en los establecimientos muy buenos amontonen en sus mostradores y escaparates objetos de unos cuatro chelines que parecen costar setenta y seis, pero que los venden a diez y los etiquetan como «regalos de temporada».

La filántropa y el gato feliz. La historia de Jocantha Bessbury podemos leerla en la otra entrada.
A prueba. El arte moderno y el márquetin dan sorpresas. El relato nos lleva por cómo se compra, cómo se triunfa, por qué se compra, qué motiva el triunfo de un artista. La estupidez, una vez más, es la gran aliada del artista.

Pero, ¿y su obra? ¿Su carrera como pintor?
—Ah, no importa. Se pasa hambre. Hasta hoy no había vendido ninguno de mis esbozos. Esta noche han comprado algunos, porque me voy, pero en las otras ocasiones no vendí ni uno solo.
—¿Pero es que no hay un americano que...?
—Ah, el americano rico —dijo reprimiendo una risa el artista—

La manera de Yarkanda. Ácido, con una mala leche sobre el periodismo y la suplantación, sobre la veracidad de las fuentes, que lo hacen genial. Su actualidad es total

Lo podemos encontrar en la editorial Valdemar, y aquí os dejo datos que os pueden parecer muy interesantes:


Traducción de Rafael Lassaletta
 Colección: El Club Diógenes / CD-091
año: 2010
ISBN: 97884-7702-687-7
págs: 300
NUEVA EDICIÓN FORMATO 19x12
precio: 10,50EUR

Saki, seudónimo de H.H. Munro, es para Graham Greene el mayor humorista inglés del siglo XX. Macabro, ácido y divertido, Saki cultivó la sátira social, revelándose como un maestro del estilo, y anticipándose a eso que se valora tanto en nuestros días: «la economía de medios». Todos sus cuentos, ya sean de humor o terror, son un ejemplo de brevedad y eficacia; un cuchillo lanzado al intelecto del lector, ya sea para provocar su risa o moverle al espanto. No es de extrañar que dos de sus más ilustres discípulos sean Tom Sharpe y Roald Dahl. Tom Sharpe decía: «Si empiezas un relato de Saki, lo terminarás. Cuando lo hayas terminado, querrás empezar otro; y cuando los hayas leído todos, jamás los olvidarás.»Borges, gran lector de Saki, decía: «Con una suerte de pudor, Saki da un tono de trivialidad a relatos cuya íntima trama es amarga y cruel. Esa delicadeza, esa levedad, esa ausencia de énfasis puede recordar las deliciosas comedias de Wilde.» No abrumaremos más al lector: quien ya conozca a Saki, gozará sin duda con la publicación por primera vez en castellano de una de sus más destacadas colecciones originales de cuentos: Animales y más que animales. Quien no conozca su obra, tiene ahora una nueva oportunidad de hacerlo.


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