lunes, 6 de junio de 2016

La invención de Morel, Adolfo Bioy Casares

Siempre, como os he comentado, me ha costado Bioy Casares, me ha costado porque había algo en él inquietante, extraño, ciertos matices literarios que lo alejaban de Borges, pero lo acercaban a otra manera de entender la literatura. Ese miedo se ha manifestado en cierta lejanía respecto al autor, hecho que me ha permitido leerlo sin apasionamientos, como si me encontrara con un extraño que me cuenta una historia por fin, después de haberla estado esperando años. Ese es el escritor para mí, un completo extraño presentado por multitud de lectores que me han hablado de sus libros, por artículos, por literaturas queme han permitido acercarme a él.

Es un libro ficcional en estado puro,( Lo que sucede no tiene explicación) Ciencia ficcional, porque introduce aparatología o ciencia para trasformar lo real en literario posible. Esa es la grandeza del género, que a través de la ciencia se nos descubre un universo que va más allá de las fronteras de la mente. Pero no nos engañemos, no, para nada, como buena ciencia ficción, y este libro es buena ciencia ficción, quiere decirnos más, quiere reflexionar sobre otros límites de lo puramente contrastable.

Morel el inventor, la imagen del inventor, para ser exactos, o el alma del inventor proyectada, o, lo que quiera el lector, no deja de ser una excusa para reflexionar sobre los límites de la percepción, de la realidad y de lo que vemos (Un hombre de buen sentido ¿creería lo que oí ayer noche, lo que imagino saber?) La neurociencia nos dice, o eso nos cuenta, que lo que percibimos no es más que reflejo, una ilusión constantemente reconstruida por nuestro cerebro. Cuando leemos, por ejemplo, vamos anticipando lo que vendrá, cuando vemos lo que nos encontraremos, es una manera de ahorrar energía. Por eso, igual, la realidad no es más que una trama proyectado infinitamente que acapara la esencia de nuestras almas, esa eternidad es una posibilidad más del intelecto. 

«Tuve una sorpresa: después de mucho trabajo, al congregar esos datos armónicamente, me encontré con personas reconstituidas, que desaparecían si yo desconectaba el aparato proyector, sólo vivían los momentos pasados cuando se tomó la escena y al acabarlos volvían a repetirlos, como si fueran partes de un disco o de una película que al terminarse volviera a empezar, pero que, para nadie, podían distinguirse de las personas vivas (se ven como circulando en otro mundo, fortuitamente abordado por el nuestro). Si acordamos la conciencia, y todo lo que nos distingue de los objetos, a las personas que nos rodean, no podremos negárselos a las creadas por mis aparatos, con ningún argumento válido y exclusivo.»...

¿Quién no desconfiaría de una persona que dijera: Yo y mis compañeros somos apariencias, somos una nueva clase de fotografías?

Lo encontramos en la editorial Destino, y aquí os dejo datos de vuestro interés.


Nº de páginas: 200 págs.
Encuadernación: Tapa dura
Editorial: DESTINO
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788423338115


Un fugitivo acosado por la justicia llega en un bote de remos a una isla desierta sobre la que se alzan algunas construcciones abandonadas. Pero un día, ese hombre solitario siente que ya no lo es, porque en la isla han aparecido otros seres humanos. Los observa, los espía, sigue sus pasos e intenta sorprender sus conversaciones. Ése es el punto de partida del misterio, del tránsito continuo de la realidad a la alucinación, que poco a poco lleva al fugitivo hasta el esclarecimiento de todos los enigmas. Este libro puede compararse, por derecho propio, con los relatos más perfectos de Edgar Allan Poe. Su trama ingeniosa, sabiamente desplegada y, sobre todo, la admirable originalidad de la idea en torno a la cual gira la acción, han convertido a La invención de Morel en una de las obras maestras indiscutibles de la literatura fantástica.

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