martes, 22 de marzo de 2016

Pureza, Purity Jonathan Franzen

Resultado de imagen de pureza franzenLlevo tanto tiempo con este blog, tantas entradas, tantos libros leídos que me resbalo en mí mismo buscando nuevos temas sobre los que escribir, buscando qué libros pueden interesarme. Es una sensación extraña, sin embargo cuando me encuentro desencantado o leo que Mendoza dice en Puerto Rico que “Me da igual que la gente no lea, la mayoría de libros son una birria”, podía haber dicho que una basura, me enfrento a mí mismo y al  abismo de miles de libros que todavía no he leído y que no son basura, que merecen ser leídos, escrutados, así me pregunto qué finalidad tiene mi blog, si lo que pretendo realmente es establecer un canon, pero sé que no es así, que no quiero decir a nadie qué leer o qué no leer, solo quiero guardar en la memoria los argumentos, las historias y las dimensiones recreadas por cientos de autores en un momento de su vida, y que, cómo no, han contribuido a recrear un mundo de sensaciones y virtualidad que me ha hecho tal y como soy, pero sigue siendo innegable, no os voy a engañar, que este canon tan particular lo es porque se cimenta en mis lecturas, en las casualidades que me han llevado a cada una de ellas. Puedo contaros que leí Libertad, del mismo autor, porque oí una tertulia con Andrés Amorós y lo que dijo me pareció muy interesante, seguro que ya lo he contado en este espacio, o que me lancé a Miller porque mi amigo Vicente me dijo que era sublime, vi un Trópico en casa y me dije, ya que le he mentido como un bellaco, al menos me lo he de leer, o cómo busco en internet unas llamas, un Nueva York porque he leído en algún sitio que es un libro excelente y se queda en ciudad en llamas, título poco sugerente.

Así que me enfrento a un nuevo libro de Franzen, y no espero Libertad ni las Correcciones, pero espero a Franzen, espero su estilo enérgico, su inteligencia desbordante, el alter ego de Wallace, algo así como un desorden muy organizado, una densidad inteligible, digerible. Por eso no me importa lanzarme a los cientos de páginas del libro, ir entendiendo su estructura y los motivos del título, y pronto lo descubro. Descubro a Purity, al personaje principal y creo que el título es en honor a ella, 

Y ahora se vinculaba con la palabra «pureza», que para ella era la más embarazosa del diccionario porque era su nombre de pila. Le daba vergüenza su carnet de conducir, aquel PURITY TYLER junto al retrato sombrío de su rostro, y rellenar un formulario se convertía siempre en una pequeña tortura.

sin embargo voy descubriendo que ella es un motivo de virtú, de pureza original que comparte con el resto de personajes. La pureza es una cualidad primigenia que configura al ser, que le ayuda a ir construyéndose, por eso todos los personajes tienen un principio de honradez original, de pureza en un sentido general del término. Todos. La madre, el padre, incluso Andreas que se mueve en los principios de una transparencia universal de denuncia de la opacidad desde la densidad. Es posible que la trama sea el descubrimiento de la virginidad, de la transparencia, o no, que Purity sea solo un personaje que se configura, porque al final es eso lo que va ocurriendo que el personaje se hace a través de la dificultad de la escritura. Es como estar en un laberinto gramatical donde conforme leemos tapamos el camino andado, por eso es difícil, es una lectura que requiere tesón, ánimo, donde el lector se pregunta por qué tantas páginas, por qué es necesario entrelazar tantas historias personales para contar la vida y el autodescubrimiento de una joven, sin embargo es posible que la literatura fuera eso, fuera, digo, construir historias encadenadas para poder entender los mundos recreados. Así ese descubrimiento de la pureza primera va derivando en el posibilismo de la realidad, en la perversión de los fines y, en definitiva, en la vida misma.

Así el libro se va construyendo poco a poco con un esquema clásico en que las historias se van encadenando para trabar la trama. Las historias sirven para entender los fines de los diferentes personajes y las conexiones que establecen entre ellos. Debo decir que, en ocasiones, me ha parecido algo forzado.

Por delante, los pozos de gas y petróleo, las perforadoras para elfracking, los pastos sobreexplotados, los cebaderos para el ganado, los acuíferos exhaustos. Todas las facetas de Amarillo ofrecían el testimonio de una nación que destacaba en todo lo malo: líder en población carcelaria, líder en consumo de carne, líder en cabezas nucleares estratégicas y operativas, líder en emisiones de dióxido de carbono per cápita, líder en la lista de espera para el arrebato del juicio final. Guste o no guste a los estadounidenses progresistas, Amarillo se parecía mucho a la imagen que el resto del mundo tenía del país entero...



Andreas es un Snowden-Asange moderno, limpio, de fines honrados, puro en cierto sentido, que pretende desenmascarar las superestructuras del poder desde un punto de vista de absoluta coherencia, sin embargo la pureza puede construirse desde el dolor y la opacidad, o desde la casualidad. Los medios de la nube permiten la interconexión absoluta y el control general de la información y la población. Los nuevos mecanismos de control favorecen, paradójicamente, un control absoluto sobre la información.

Puedes investigar en cinco minutos lo que antes costaba cinco días. Pero internet también está matando al periodismo. Nada puede sustituir al reportero que lleva veinte años cubriendo el mismo tema, que ha cultivado sus fuentes, que es capaz de reconocer dónde hay una historia y dónde no la hay. Gracias a Google y Accurint puedes sentirte muy listo, pero las mejores historias surgen cuando realizas trabajo de campo. Una fuente hace un comentario de pasada y de repente ves la historia de verdad. Es cuando más viva me siento. Cuando estoy sentada frente al ordenador sólo estoy viva a medias...
Gracias al ejemplo de Assange, había aprendido que las manifestaciones mesiánicas a propósito de su misión eran una locura y, aunque haberse hecho famoso por su pureza le producía una satisfacción irónica, no se hacía ilusiones acerca de su capacidad de alcanzar esa pureza. La vida con Annagret lo había inmunizado contra eso. 

Franzen sigue siendo un maestro a la hora de diseccionar quirúrgicamente a los personajes, de adentrarse en sus almas, en sus vidas de ficción y dotarlos de verdaderos procesos existenciales, de tocar diferentes aspectos se la vida.

¿Acaso la persona que te rechaza puede hacer algo más cruel que concederte la compasión de su paciencia?...
La irracionalidad de su resentimiento habría sido más demostrable de no haber persistido en sentirse secundaria en la vida interior de Tom...

Como en La broma infinita de su amigo Wallace, este libro es una contradicción infinita con ciertos guiños a la obra maestra, tenis, cortos imposibles y arte fílmico, espionaje, causas incomprensibles que se adentran en la ficción de la propia realidad.

Entre la pila de basura de Stephen había encontrado una vieja raqueta de tenis Pro Kennex...
Gracias a algunas lecciones de tenis que había recibido en las clases de educación física del instituto, sabía que debía mantener la mirada fija en la bola y atacarla de costado...
Tenía una cámara que se activaba sola en la gorra de los Yankees que siempre llevaba puesta, y un aparato diminuto que filmaba vídeos colgado de un cordón alrededor del cuello...
Sólo me quedaba intentar calmarla para que pudiera seguir adelante con la contemplación y la filmación de sus genitales.
 
Además trabaja diferentes temas, es muy interesante el del matrimonio como una fusión de dos personas hasta la anulación y la apertura a nuevas fronteras relacionales. Tal vez el problema de las relaciones sea el exceso de conversación.

—Fui un cobarde —confesó Tom a Leila—. Tendría que haberla dejado cinco años antes.
—¿Seguir con alguien a quien quieres y que te necesita es un acto de cobardía?...

Anabel tenía una cantidad ilimitada de dinero, pero estaba dispuesta a no hacer uso de él jamás; yo estaba loco por su cuerpo, pero tan sólo podía disponer de él tres días al mes; me caía bien su padre, pero debía fingir lo contrario; David tenía unos contactos fabulosos, pero no se me permitía aprovecharlos; yo tenía un proyecto supuestamente ambicioso, pero ninguna posibilidad de convertirlo en realidad, y cada vez que mi madre se atrevía a cuestionar lo que hacía —seguía llamándola todos los domingos por la noche—, yo lo interpretaba como una crítica a Anabel, me enfadaba y cambiaba de tema.

y ya nos dedicábamos sólo a hablar y hablar, como en una burocracia emocional formada por dos personas.

Que nadie me hable de odio si no ha estado casado. Sólo el amor, sólo la empatía prolongada, la identificación, la compasión, pueden arraigar a otra persona en tu corazón de una manera tan profunda que resulta imposible evitar odiarla, al menos en algún momento; sobre todo cuando lo que más odias de ella es su debilidad ante el daño que puedes causarle. El amor persiste y, con él, también el odio. Ni siquiera representa un alivio odiarse a uno mismo.
 
Me ha parecido irregular, denso, diferente a la frescura de los libros anteriores, aun así es recomendable, claro. Lo podemos encontrar en Salamandra, y os dejo todo lo que os interesa.


Título original: Purity


ISBN: 978-84-9838-710-0

Número de páginas: 704

Tipo de edición: Rústica con solapas

Sello editorial: Salamandra

Colección: Narrativa

PVP: 24,00 €

ISBN e-book: 978-84-15631-13-2

PVP e-book: 14,99 €

Si la literatura es el instrumento ideal para que el ser humano ilumine los recovecos más oscuros de su mundo interior y perciba con mayor nitidez la realidad que lo circunda, Jonathan Franzen es el novelista contemporáneo que más se ha atrevido a explorar las fronteras que condicionan nuestra existencia. ConPureza, Franzen ha logrado superar el listón marcado con su anterior novela, Libertad, que en su momento supuso un hito admirado y reconocido en todo el mundo tanto por voces expertas como neófitas.

A partir de las vidas entrecruzadas de un puñado de personajes retratados con un grado de realismo que hipnotiza al lector, el relato gira en torno a una joven de nombre dickensiano, Purity «Pip» Tyler, que tras su paso por la universidad se afana en encarrilar su vida acorde con unos principios que considera irrenunciables. Atrapada en una relación malsana con su madre, que nunca ha querido revelarle el nombre de su padre ni por qué se cambió el apellido antes de que ella naciese, Pip sobrevive con trabajos intrascendentes hasta que el encuentro fortuito con una mujer involucrada en el activismo antibelicista se traducirá en unas prácticas en el Sunlight Project, una organización radicada en Bolivia que se dedica a revelar secretos de personas, corporaciones y gobiernos. El fundador y artífice del negocio es Andreas Wolf, un carismático agitador de la ex RDA reciclado durante el caótico período posterior a la caída del Muro de Berlín. El sospechoso interés de Andreas por Pip trastocará sus ideas convencionales sobre el bien y el mal, empujándola hacia un destino que no figuraba ni remotamente en su imaginación.
El talento excepcional de Jonathan Franzen para volcar en palabras las hebras más finas del pensar y del sentir se pone de manifiesto una vez más en esta trepidante historia cargada de humor, por momentos sombría, inquietante, osada, incisiva, pero siempre cautivadora y de amplitud universal, confirmando su sitial entre los más importantes escritores de nuestro tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Debido a algún comentario improcedente que no respeta ni al autor del blog ni a los participantes del mismo, me veo obligado a moderar los comentarios. Disculpa las molestias.