jueves, 31 de marzo de 2016

Miedo y asco en las Vegas,Fear and Loathing in Las Vegas, Hunter S. Thompson

CM 322El periodismo ha dado un montón de buenos escritores a la literatura y, como he dicho en alguna que otra entrada, ha ayudado a comprender el fenómeno de la escritura desde, al menos, hace trescientos años. Sin embargo siempre he mostrado una reticencia incongruente a leer sus obras cuando, es así, la prensa está llena de magníficos artículos de grandes escritores: Cercas, Marías, Reverte, Vargas Llosa, Gabo y muchos otros que han consagrado al artículo grandes dosis de ingenio e inteligencia.
Como siempre me he acercado a Hunter por pura casualidad. Estaba viendo un programa de TVE2 Página Dos aburriéndome con la insoportable diatriba megalómana de algún autor cuando entró un reportaje sobre el periodismo llevado a experiencia vital, claro, me viene a toda pastilla a la mente Capote o Mailler y no puedo dejar de prestar atención. Me proponen a un autor golfo, un tío que escribió en las revistas Rolling Stone, Playboy, The Nation, Cycle word o Scanlan's Monthly, y me digo, joder, parece un tío interesante. El título sugerido me transporta a las pelis canallas sobre unos adolescentes en Las Vegas, demasiada tentación, así que cojo el libro, empiezo a leerlo y me comenta internet que han hecho una peli sobre el libro, de Terry Gilliam con Deep y del Toro, vaya, no paro de sorprenderme, por eso lo leo con atención fijándome en todos los detalles, quiero descubrir qué nos ha aportado, qué hay diferente de otros ilustres canallas a los que me he adentrado con gusto: Burroughs o Bukowski, por ejemplo, y lo primero que pienso es la profundidad de la palabra, en el anecdotario, en la estructura del libro. Los escritores canallas que hacen  literatura se adentran en el mundo ficcional de la palabra participando como actores, es cierto que Hunter también lo hace, a eso le llama periodismo Gonzo (no las gilipolleces que vemos en la tele en que un autoacreditado gonzo dice vivir la experiencia del canalleo, pura pose postmoderna y vacía) pero su literatura es una sucesión periodística de acontecimientos, una aventura delirante cinematográfica potenciada por la ultra dimensión que le dan las diferentes drogas. Sí, los autores antes citados escriben bajo la influencia del alcohol o de la heroína, lo sé, pero hacen literatura no periodismo, la experiencia vital es eso, vitalidad, vida, derrumbre, pensamiento, filosofía, Hunter es un gamberro, es pura sucesión anfetamínica, puro viaje. Eso no significa que no sea interesante y recomendable, claro.
Lo primero que os dejo es el índice de capítulos, creo que es una sucesión genial de su ideología de lo que nos quiere contar:


Primera parte
1.
2. Como le sacamos 300 dolares a una puerca en Beverly Hills
3. Extraña medicina en el desierto… una crisis de confianza
4. Música espantosa y rumor de disparos… rudas vibraciones en sábado por la noche en Las Vegas
5. Cubriendo la noticia… visión de la presa en acción …fealdad y fracaso
6. Una noche en la ciudad… enfrentamiento en el Desert Inn… frenesí pasota en el Circus-Circus
7. Terror paranoide… y el espantoso espectro de la sodomía… un relampagueo de agua verde y cuchillos
8. «Los genios de todo el mundo se dan la mano, y un escalofrío de identificación recorre todo el círculo»
9. Ninguna simpatía por el diablo …¿periodistas torturados?… fuga hacia la locura
10. Interviene la Western Union: un aviso del señor Heem… nueva misión de la sección de deportes y una salvaje invitación de la policía
11. Aaauuu mamá. ¿puede ser esto de verdad el final…? ¿sin blanca en Las Vegas, con psicosis anfetamínica otra vez?
12. Velocidad infernal… forcejeo con la patrulla de autopistas de California… mano a mano en la autopista
Segunda parte
1.
2. Otro día, otro descapotable… y otro hotel lleno de polis
3. Lucy la salvaje, «dientes como pelotas de beisbol, ojos como fuego cuajado»
4. No hay refugio para el degenerado… reflexiones sobre un junkie asesinado
5. Una experiencia terrible con drogas sumamente peligrosas
6. Pasemos al asunto… día de la inauguración de la conferencia sobre la droga
7. Si no sabes, ven a aprender… si sabes, ven a enseñar
8. Belleza da la puerta trasera… & por fin un numerito de carrera de coches por el Strip
9. Fracaso en el Bulevar Paradise
10. Un trabajo difícil en el aeropuerto… desagradable recurrencia peruana… «¡No! ¡Es demasiado tarde! ¡No lo intentes…!»
11. ¿Fraude? ¿robo? ¿violación…? Una conexión brutal con la Alicia del servicio de ropa blanca
12. Vuelta al Circus-Circus buscando el mono… al diablo el sueño americano
13. El final del camino… la muerte de la ballena… sudando a mares en el aeropuerto
14. ¡Adiós Las Vegas! «¡Dios se apiade de vosotros, puercos!»


Si nos fijamos es una paranoia salvaje, una sucesión infinita de sucesos al borde de la cordura, es el viaje experimentado por el autor y trasmitido a través de la literatura para que el lector participe de las sensaciones que quiere trasmitirnos: miedo y aso. Fijaros como comienza el libro:

Estábamos en algún lugar de Barstow, muy cerca del desierto, cuando empezaron a hacer efecto las drogas. Recuerdo que dije algo así como:
—Estoy algo volado, mejor conduces tú…
Y de pronto hubo un estruendo terrible a nuestro alrededor y el cielo se llenó de lo que parecían vampiros inmensos, todos haciendo pasadas y chillando y lanzándose en picado alrededor del coche, que iba a unos ciento sesenta por hora, la capota bajada, rumbo a Las Vegas. Y una voz aulló:
—¡Dios mío! ¿Qué son esos condenados bichos?

El viaje comienza, las alucinaciones, la locura anfetamínica y de ácido.

Mi abogado se había quitado la camisa y se echaba cerveza por el pecho para facilitar el proceso de bronceado.

Porque el libro consiste en adentrarse en los mundos de los reportajes, los dos que teóricamente hace en la Vegas: la carrera y la reuniónde fiscales; además del propio viaje experimental de las drogas en busca del sueño americano yy del significado icónico de Las Vegas, pero para eso necesitan un verdadero arsenal de destrucción masiva:

Teníamos dos bolsas de hierba, setenta y cinco pastillas de mescalina, cinco hojas de ácido de gran potencia, un salero medio lleno de cocaína, y toda una galaxia de pastillas multicolores para subir, para bajar, para chillar, para reír… y, además, un cuarto de tequila, un cuarto de ron, una caja de cervezas, una pinta de éter puro y dos docenas de amyls…
Medianoche del sábado… Los recuerdos de esta noche son sumamente nebulosos. Las únicas claves que tengo son un puñado de fichas de keno y de servilletas de cóctel, cubiertas de notas garrapateadas. Ahí va una: «Llamar al hombre de la Ford. Pedir un Bronco para seguir la carrera… ¿Fotos?… Lacerda/ver… ¿por qué no un helicóptero?… Coger el teléfono, apretarles las tuercas a esos cabrones… dar muchas voces».
Otra dice: «Letrero del Bulevar Paradise: “Stopless and Topless”… sexo de segunda división comparado con Los Ángeles; aquí cubrepezones… en Los Angeles abunda la desnudez total en público… Las Vegas es una sociedad de masturbadores armados/aquí la emoción es el juego/el sexo es un extra/un viaje raro para los ricachos… putas de la casa para los ganadores, pajas para la chusma desafortunada»…
La «parte selecta» de Las Vegas probablemente sea la sociedad más cerrada que hay al Oeste de Sicilia… y poco importa, en términos del estilo de vida cotidiano del lugar, si el Hombre que Manda es Lucky Luciano o Howard Hughes. En una economía en que Tom jones puede ganar setenta y cinco mil dólares semanales por dos espectáculos por noche en Caesar's, es indispensable la guardia palatina, y a nadie le importa quién firma los cheques. Una mina de oro como Las Vegas crea su propio ejército, como cualquier otra mina de oro. El músculo alquilado tiende a acumularse en gruesas capas alrededor de los polos dinero/poder… y mucho dinero, en Las Vegas, es sinónimo de Poder para protegerlo.

Esto es lo que él llama,

Hazlo ya: puro periodismo Gonzo (Adjetivo que se inventa el autor para definir su propio tipo de periodismo. Ver a este respecto la entrevista al autor que aparece en el número de Septiembre/77 de la revista High Times.(N.de los T.)

Así la escritura queda vertebrada por la experiencia, y esta, estructurada por la paranoia, gracias a saltos de la mente hacia las diferentes dimensiones que se solapan y asfixian la realidad.

¡Dios bendito! ¿Hay un sacerdote en esta taberna? ¡Quiero confesarme! ¡Soy un maldito pecador! Venial, mortal, carnal, capitales, menores… como quieras llamarlo, Señor… soy culpable.
Pero hazme este último favor: concédeme sólo cinco horas mas a máxima velocidad antes de dejar caer el martillo; déjame librarme de este maldito coche y salir de este horrible desierto.
En realidad no es pedir tanto, Señor, porque la increíble verdad última es que no soy culpable. Lo único que hice fue tomarme en serio tus galimatías… y, ¿ves dónde me llevó? Mis primitivos instintos cristianos me han hecho un delincuente.

Es un libro muy interesante, como siempre os digo , no apto para estómagos selectos, para burgueses aburridos que buscan un escape ideal através de la literatura complaciente. Es una búsqueda, es una opción, es una apuesta por visionar lo que otros no visionan. Lo tenemos en Anagrama, y como siempre os dejo datos de vuestro interés.




ISBN 978-84-339-6753-4
PVP SIN IVA 8.56 €
PVP CON IVA 8.90 €
NÚM. DE PÁGINAS 208
COLECCIÓN Compactos
TRADUCCIÓN J.M. Álvarez Flórez y Ángela Pérez

Ésta es la obra más enloquecida de Hunter S. Thompson, figura legendaria del nuevo periodismo. Una acción delirante: así como los caballeros de la Tabla Redonda se lanzaban en pos del Santo Grial envueltos en una armadura de poder sobrenatural, Thompson entró en Las Vegas pertrechado con un arsenal verdaderamente mágico de «nefandas sustancias químicas» en su búsqueda del Sueño Americano. Sus peligrosos enfrentamientos, dopado hasta las cejas, con los empleados de casinos, camareros, policías especializados en narcóticos y demás representantes de la Mayoría Silenciosa, segregan un humor alucinado y un clima de terror muy infrecuentes. Porque ésta es la verdadera historia de un hombre que pasó una prolongada temporada en el infierno... y vivió para contarlo.

«Una obra cáustica que marcará época y causará sensación. Los dos adjetivos que más les gustan a los escritores son “brillante” y “escandaloso”, y Thompson hace méritos para ambos» (Tom Wolfe).

«El más creativamente loco de los nuevos periodistas... Me entusiasma» (Kurt Vonnegut).

«Un libro escrito con una peculiar prosa poética tan enloquecida como corrosiva, que toma el Sueño Americano allí donde lo dejó Norman Mailer, y que explora lo que Tom Wolfe se dejó en el tintero... El mejor libro sobre la década de la droga» (The New York Times).

«Lejos de mí la idea de recomendar al lector drogas, alcohol, violencia y demencia. Pero debo confesar que, sin todo esto, yo no sería nada» (Hunter S. Thompson).

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