viernes, 1 de mayo de 2015

Diario de golondrina, Journal d'Hirondelle, Amélie Nothomb

PN 686Un diario. Vuelvo a leer un diario. Me ha costado decidirme, no me gustan los diarios, sin embargo me gustan cuando son auténticos, personales, cuando demuestran las contradicciones del autor y no se convierten, en exclusiva, en un  monumento al ego descontrolado del fulano. Entonces, igual, me gustan los diarios, vaya lío que me he armado.Vaya. Un diario, lo tomo y veo que es breve, muy breve, sencillo, sin pretensiones, lúdico. Lo hojeo-ojeo, todo, lo tomo, lo vuelvo, lo examino, lo pienso, lo mal leo. Es el momento de decidirme, tipo duro, también de diarios se nutre la literatura, así que aquí me tenéis, comentando este librito que se ha dejado leer a pesar de mis prevenciones injustificadas.

Un diario da siempre mucho juego, nos permite adentrarnos, gracias a su técnica, en las intimidades del personaje, focalizando la acción, centrando toda nuestra atención en los elementos psíquicos que lo configuran como ser veraz. Parece todo más auténtico, verosímil, porque el autor-personaje habla ante sí mismo, de sí mismo, consigo mismo intentando borrar las barreras circunstanciales que le acompañan como personaje. Este diario no lo es menos, siéndolo, nueva paradoja, porque no es un diario, es un recurso literario para hacer una descripción débil de un asesino en serie. (por cierto, no sé si aquí caben los paréntesis, el otro día oí a un forense decir que eso de los asesinos en serie es muy peliculero, pues eso, pero a mí me vale) Digo que es débil porque el discurso es algo acartonado, fútil, vacío, le falta el alma que caracteriza al que escribe de sí, la sinceridad, si es posible la sinceridad cuando hablamos de nosotros mismos. Es un relato correcto, pero insustancial, como recurso de ocio no está mal, pero la sucesión de tramas no acaba de engancharse a la historia.
Un asesino, ¿lo es por despecho?¿por soledad?¿por ausencia de sentimientos? La pretendida disección del alma del homicida me parece vacua, de verdad. Eso no significa que el libro no me haya entretenido, no es eso, pero se aleja de los grandes asesinos de la literatura, de esos seres-personajes que te hacen odiar o vibrar. Es posible que no sea más que un artificio. Igual la autora quiere trasmitirnos la indiferencia del sicario ante los asesinatos, y lo consigue, porque sentimos cierta indiferencia ante la crueldad extrema de nuestro personaje.

lo que en adelante me conmovía era lo que no se correspondía con nada común.

De noche, lo pillé delante del inmueble en el que iba a reunirse con su amante. Le agujereé la cabeza con dos balas en menos que canta un gallo. Fue entonces cuando se produjo el milagro.

Nada resulta tan limpio como matar. Es una sensación que no se parece a ninguna otra. Uno se estremece de placer hasta zonas que resultan difíciles de ubicar. Un exotismo así resulta liberador.

El cuerpo cálido y sangriento de los frutos me hizo sentir exultante. Hacía meses que había olvidado ese simple placer sápido que nada tenía que envidiarle a mis comilonas de fiambres.

Pero como nada es absolutamente lineal, la trama se enriquece con el asesinato de la familia del ministro y el encuentro, es lo que es, con el diario que llamará de golondrina, con lo simple, con lo insulso, que le llevará, paradójicamente, a la vida y a la muerte. Igual devenir es eso, encontrar el sabor de la vida para prepararse para la muerte.

Me muero por habérmela comido, ella me mata en mi vientre, suavemente, con un mal tan eficaz como discreto. Muero mano con mano, ya que escribo: la escritura es el lugar en el que me enamoré de ella. Este texto se detendrá en el momento exacto de mi muerte.

El libro lo podemos encontrar en Anagrama. Aquí os dejo algunos datos de vuestro interés.


ISBN 978-84-339-7467-9
PVP sin IVA 11.54 €
PVP con IVA 12 €
Nº de páginas 112
Colección Panorama de narrativas
Traducción Sergi Pàmies
Primero fue la pérdida de un gran amor. Después el bloqueo de las emociones y, más tarde, el descubrimiento de que ya no había vuelta atrás. Así empieza este libro intimista y descarnado en el que un hombre de identidad cambiante descubre que la única manera de recuperar el placer es con experiencias radicalmente nuevas. El primer umbral será la música de Radiohead. El segundo, el asesinato. Mata por encargo, al principio, y después las víctimas son elegidas al azar. Hasta que un día se enamora... La pluma de Amélie Nothomb se encarna en una voz masculina, en un Yo frío y distante, no exento de ironía, que nos reta a desvelar el secreto que esconden las páginas del diario del asesino.

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