viernes, 6 de marzo de 2015

Se acabó el pastel, Heartburn, Nora Ephron

Se acabó el pastelA veces cuando empiezas a leer un libro no saber muy bien por qué lo has hecho, qué te lleva a ello. Ya he comentado en otras ocasiones que la selección de libros no es mi fuerte, soy inconstante, anárquico, juguetón y, en ocasiones, poco selectivo, vamos, que no soy de los que lee solo obras maestras, jaja, consagradas por el canon, o los libros de las secciones de cultura de los periódicos más importantes del país controladas, en muchos casos, por secciones editoriales afines. Los blogs me orientan más, la buena voluntad de los lectores que se atreven a decirnos lo que han sentido, si les ha gustado o si, simplemente, se lo leerían o no. Ya veis, toda una decepción, no soy un pureta, vaya.
El libro que os presento creo que lo he visto en película, fijaros lo que os acabo de contar, he visto un libro, no lo he leído, lo he visto, aunque esto es contradictorio, poco claro porque al ver la imagen de la portada con Nicholson y Streep, claro, quedo mediatizado y pienso, "cómo un tío como tú vas a olvidar una peli como esa" Así que soy muy poco fiable en este caso.
El libro se deja leer, Nora Ephron tiene una lengua que hiere como el ácido la piel: incisiva, irónica, divertida, vamos, toda una mujer, un personaje rico en toda su dimensión dramática.

Yo fui quien en 1948 se metió un tampax en el chichi y salió del cuarto de baño diciendo:"Veremos si esto se despacha al público". Yo fui quien nos hizo ricos, y ahora ese hijoputa anda por ahí gastándose mi dinero en mujeres mientras yo estoy metida en el cielo cristiano con un vestido inadecuado. A tomar por culo, me dije, y en este momento volví.

Muéstreme una mujer que llore cuando caen las hojas de los árboles, y le enseñaré a una auténtica gilipollas.

La historia es simple, la transición que sufre la personaje en su periplo por aceptar la infidelidad de su marido con una amiga, la no aceptación del marido calzonazos de ella, la amiga, y el deseo de mantener algo parecido a un matrimonio de su marido, el de la personaje, sin dejar a su amante. La felicidad no es una quimera, se encuentra en las pequeñas acciones como viajar, encontrarse con antiguos amantes, los hijos, escribir tu propia historia, y en reírse de una misma, y por qué no, del talento de su marido.
Divertida, inteligente, autobiográfica, ya sabéis que eso del autobiografismo me produce risitas malignas. Pero no desdeña otros aspectos sobre lo literario que creo os debo resaltar: la introducción de recetas de cocina como parte de la trama narrativa, disertaciones sobre diferentes aspectos de la vida, auqneu me quedo con este sobre la literatura, bueno, sobre los guiones que es lo que ella hacía fenomenalmente bien.

-¿Por qué crees que debes convertirlo todo en un relato?-me preguntó Vera.
De modo que lo expliqué/Porque si cuento la historia, domino la versión./Porque si cuento la historia, puedo hacer reír; y prefiero que se rían a que tengan lástima de mí./ Porque si cuento la historia, no me duele tanto./ Porque si cuento la historia, puedo soportarla.

Lo podemos encontrar en Anagrama, y aquí os dejo información que os interesa.

ISBN 978-84-339-1265-7
PVP SIN IVA 14.33 €
PVP CON IVA 14.90 €
Nº DE PÁGINAS 156
COLECCIÓN Contraseñas
TRADUCCIÓN Benito Gómez Ibáñez

Nora Ephron, una de las más agudas y brillantes periodistas neoyorquinas, nos obsequia con su primera novela: un libro muy divertido, a veces agridulce, escrito con un humor que se ha comparado con el de Woody Allen, Philip Roth y Erica Jong. Trata del naufragio de un matrimonio aparentemente feliz, y a la vez es una colorida crónica de costumbre de una cierta intelligentzia que vivió los trepidantes 60 y la guerra de Vietnam y ahora está en su segundo o tercer matrimonio (una tribu a la que la narradora pertenece, conoce, ama y ridiculiza). Se acabó el pastel fue un resonante bestseller en Estados Unidos, donde fue considerado unroman à clef sobre su relación con Carl Bernstein, el famoso reportero que investigó el caso Watergate. La narradora, Rachel Samstat, judía neoyorquina, hija de un actor secundario y de una agente de actores (que se especializaba en enanos y en rostros con cicatrices), es una escritora de libros de cocina con más ingenio que recetas, que vive en Washington y está casada con Mark, un afamado periodista político. Es feliz, tiene un hijo y está embarazada de siete meses cuando descubre que su marido está enamorado de Thelma, la esposa de un diplomático. Al parecer, todos, incluido el marido de Thelma, sabían lo que estaba sucediendo a espaldas de Rachel. Ésta abandona Washington y se refugia en la casa de su padre en Nueva York, vuelve a visitar a su psicoanalista y a frecuentar su antiguo grupo de terapia, es víctima de un desopilantehold-up, se reconcilia fugazmente con su marido hasta que descubre que éste sigue viendo a Thelma, tiene un parto prematuro, vuelve a ver a su psicoanalista (maternal, heterodoxa, especializada en contar chistes judíos a manera de parábolas) y el matrimonio se acaba, pero la vida continúa.

«Una novela divertida y feroz» (José Luis Guarner, La Vanguardia).

«La viperina lengua de Nora Ephron llega a su esplendor en el libro de su matrimonio con el héroe del periodismo norteamericano» (Rosa Cullell, El País).

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