sábado, 31 de mayo de 2014

Correr,Courir Jean Echenoz

PN 759Ya hemos comentado en este blog que los diarios, autobiografías y similares no son de mi agrado; hay siempre algo que me aburre, que hace que me desconecte rápidamente. Es como si las vidas que han sido con certeza reales me resultaran indiferentes, enfrentadas a los personajes ficcionales, creados, verosímiles, nacidos de la imaginación de tal o cual autor, que, sin embargo, me seducen, me alegran, me llenan. Aun así he encontrado algunos libros que nos engañan, que su vocación literaria no admite discusión, que su manifestación de estilo es segura. La voluntad artística, la voluntad de hacer literatura, son los pilares en que se sustenta la obra de arte, la literatura de verdad, la literatura que me gusta.

Este libro que os presento tiene todo lo que os he dicho: voluntad de estilo, voluntad artística, una trama muy bien construida, y los suficientes elementos de literalidad que necesito para disfrutar y creerme que estoy ante buena literatura, porque estoy ante buena literatura. La trama no se centra sobre toda una vida. Perdón, primero os he de comentar de qué estoy hablando. El libro nos cuenta la vida del gran Emil Zátopek, el fondista checo que ganó medallas olímpicas y que consiguió, en su época, unos nueve récords del mundo en diferentes modalidades. Dicho así podéis creer que es una biografía al uso, una más, pero eso es porque no conocéis a nuestro autor.
Ese quinto puesto es aun así un éxito. Emil podría estar satisfecho de sí mismo, pero, como siempre, no lo está. Todo eso le ha recordado que debe correr más rápido, organizar mejor sus fuerzas, reservar la energía para el final.
Retomamos el hilo. La novela tiene voluntad de estilo, es decir, el autor expresa lo que nos quiere contar desde un punto personal, absolutamente personal y es capaz de engañar al lector que puede pensar que se encuentra ante una crónica, un reportaje o una sucesión de noticias. Su estilo es desapasionado, dando la impresión de una falsa objetividad que cautiva, por eso no es una biografía en la acepción académica del término, porque no nos cuenta toda su vida, el anecdotario, la sucesión cronológica, no, porque contándola prácticamente entera, no cuenta más que lo que quiere, adentrándose en sensaciones, en universos paralelos, en justificaciones, en valoraciones, haciéndonos creer, en ocasiones, que el propio autor está cansado de contarnos lo que nos está diciendo.
La inteligencia la descubrimos en la manera sutil en que hace una crónica de la llegada del comunismo soviético, las purgas en Checoslovaquia, el sometimiento del individuo a la masa informa organizada por la falsa dictadura igualitaria, la caída del comunismo estalinista, la primavera de Praga y el aperturismo, la contra revolución soviética, la vuelta al comunismo ortodoxo, asfixiante y absurdo. Todo a través de la trayectoria vital de este extraordinario deportista, de este héroe nacional que fue purgado, castigado, exaltado, reeducado, recuperado , vituperado, y exaltado. De modo tenaz, sencillo, sin pretensiones, sin adoctrinamientos, de una manera inteligente, pone al lector en guardia contra todo totalitarismo, y hace que reflexione sobre el individuo, así tomado de uno en uno, con sus grandezas y miserias, sus contradicciones y genialidades.
Sabe que está en el punto de mira y que ya, en las esferas pensantes del poder, dan en preguntarse con toda lógica, si la situación de gran deportista popular no dimana del individualismo burgués, toda vez que la adoración malsana de un atleta desvirtúa gravemente el ideal estajanovista.
Pues eso. Libro estupendo publicado por Anagrama. Aquí os dejo datos de interés.
 

ISBN 978-84-339-7540-9
PVP sin IVA 14.33 €
PVP con IVA 14.90 €
Nº de páginas 144
Colección  Panorama de narrativas
Traducción Javier Albiñana

En los Juegos Interaliados de Berlín, en 1946, al ver de­trás del cartel de Checoslovaquia a un solo atleta desma­ñado, todo el mundo se ríe. Pero después, cuando en los cinco mil metros acelera sin parar y cruza la meta en so­litario, los espectadores estallan en un clamor. El nom­bre de ese chico que siempre sonríe: Emil Zátopek. En pocos años y dos Olimpiadas, Emil se convierte en inven­cible. Nadie puede pararlo: ni siquiera el régimen che­coslovaco, que le espía, limita sus traslados y distorsiona sus declaraciones. Emil corre contra su decadencia, y sonríe. Incluso en las minas de uranio adonde lo destie­rran porque ha apoyado a Dubcek. Ni siquiera Moscú puede pararlo. La nueva novela de Echenoz atraviesa cuarenta años de un destino excepcional y sin embargo misteriosamente parecido al nuestro. Y nos regala una escritura encrespada de esa impagable ironía que para Echenoz es sólo un pudoroso afecto.

«Un swing en la escritura digno de los más grandes li­bros de Echenoz» (Baptiste Liger, Lire);

«Nada es inven­tado. Pero no nos hallamos ante una biografía. Se trata, pura y simplemente, de una novela, vibrante, elíptica, irónica» (Nathalie Crom, Télérama).

«Una novela hipnótica… Echenoz nos describe la vida de Zátopek como la de un héroe trágico del siglo XX. La de un ciudadano sin ideología que fue victima de los grandes totalitarismos… El relato emociona por su capacidad de meterse en la piel del héroe. Sus dudas, sus tribulaciones, son las nuestra» (Miquel Molina, La Vanguardia).

«Es la novela de Echenoz que debería definitivamente convertirlo en un narrador de enorme difusión, pues el prestigio ya lo tiene desde antes de ganar el Goncourt en 1999 con Me voy» (Javier Aparicio Maydeu, El País).

«Su prosa ha sido siempre de una velocidad endiablada y aventurera… En Correr nos reencontramos con la ya clásica voz narrativa de Echenoz, irónica, divertidísima, y tan cercana que a ratos parece oral… Está escribiendo mejor que nunca» (Nadal Suau, El Mundo).

«Es la historia de Emil Zátopek, pero en el libro aparece también lo que ocurrió en Checoslovaquia durante buena parte del siglo XX... Magnífico libro» (J.A. Rojo, El rincón del distraído).

«Como ya hiciera en Ravel, Echenoz practica un género que parece inventado por él. ¿Biografías? Tajantemente, no. Y sin embargo nunca como en ese mágico libro el músico nos pareció tan transparente y tan misterioso a la vez. Ahora el escritor galo retorna a la fórmula que tan excelentes resultados le dio… Me viene a la memoria una novela de Alan Sillitoe, La soledad del corredor de fondo. Me parece que Echenoz escribe un libro de parecido espíritu» (J.Ernesto Ayala-Dip, El Correo Español).

«Se lee de un tirón porque es una novela magistral de ritmo e interés, medida en sus elipsis, que retrata a un personaje y a un deporte fascinantes, y que abarca una época donde vivir era enfrentarse a las sucesivas formas del horror y del espionaje» (Antón Castro, Heraldo de Aragón).

«Con una prosa sobria y precisa y un ritmo admirable, el autor firma una pequeña obra de arte» (Ignacio F. Garmendia, Diario de Sevilla).

«La vida personal y los esfuerzos de superación de Zátopek en su carrera de campeón, podrá gratificar a los lectores aficionados al deporte pero, posiblemente también, a los que hasta aborrecen los fastos nefastos del deporte pero gustan de la lectura de la aventura humana, tan soberbiamente protagonizada por Zátopek, el increíble corredor checo, y tan bien escrita por Echenoz» (Santiago Aizarna, El Diario Vasco).

«Una veloz y lograda nouvelle biográfica sobre el corredor checoslovaco, en la misma línea de su celebrada Ravel, sobre el enigmático compositor del Bolero» (Matías Néspolo, El Mundo).

«Como hizo en Ravel, Echenoz elige un personaje atractivo y relata en tercera persona y en presente sus vicisitudes. Emil Zátopek es un hombre doblemente interesante. Como deportista fue un innovador con ideas propias, no tuvo entrenador e inventó el sprint final y un sistema de preparación física que potenciaba la resistencia… Su fama fue apoteósica y muy prolongada: cuenta Jean Echenoz que cuando lo condenaron al ostracismo y lo emplearon como basurero, seguía arrancando de quienes le reconocían las ovaciones más entusiastas. Su vida, desde luego, merece, por lo menos, un libro» (Fátima Uribarri, La Gaceta de los Negocios).

«Hace más de veinte años se dijo de Jean Echenoz que era la gran esperanza de las letras francesas. Más de dos décadas después y tras un buen puñado de libros publicados, aquella esperanza recién premiada es uno de los novelistas más prestigiosos de la literatura europea. Y lo es, en gran medida, por proyectos como el que acaba de traducir al español la editorial Anagrama… Una historia dramática y épica a la vez narrada por un auténtico maestro del género» (El Ideal Gallego).

«Con ligereza hipnótica y fascinante va desgranando las terribles circunstancias políticas sobre las que tuvo que correr el corredor de fondo más rápido del mundo… Correr es su obra más lograda, tan simpática como dolorosa, tan ligera como fascinante» (Javier Puebla, Cambio 16).

«Un libro que se lee raudo y veloz, como su protagonista» (Iñaki Urdanibia, Gara).

«De repente no nos damos cuenta y las páginas vuelan, y con ellas las efemérides de unos ídolos convertidos en carne cercana porque pese a la mitificación de sus rasgos los percibimos desde la normalidad, sin esa pátina que otrora se reservaba para describir las gestas de los hombres ilustres. Estas cualidades relucieron en Ravel y se refuerzan en Correr… La ventaja de esta obra excepcional es que pese a su exactitud no debe rendir cuentas con la documentación empleada al usarla con fines literarios que interpretan las fuentes y a partir de las mismas dibujan temas de relevancia» (Jordi Corominas i Julián, Revista de Letras).

«Apasionante aproximación a la vida del velocista olímpico Emil Zátopek, cuya carrera deportiva corrió pareja con la manipulación de un régimen comunista que lo convirtió en héroe nacional… Echenoz no escribe biografías sino recreaciones noveladas de una vida dando lugar a un híbrido muy atractivo… El éxito del libro radica en este tono escueto, épico hasta cierto punto pero también tierno; la novela de una vida que supone una vuelta de tuerca al género biográfico. El resultado es una novela fresca, de esas que te deleitan a cada párrafo; te transporta a una terrible realidad en la que el esfuerzo y la honradez resultan en buena parte premiados, aunque lo básico en una dictadura opresiva sea sobrevivir» (Alfonso Vázquez, La Opinión de Málaga).

«La narración, cercana y descriptiva, adquiere un carácter misceláneo, a caballo entre la novela tradicional, la crónica deportiva y el documental» (José Manuel Estévez Saá, El Correo Gallego).

«Entre la verdad y la ficción, el autor de Me voy monta un metraje verosímil y apasionante» (Peio H. Riaño, Público).

«Una forma de narrar imparable, tán calida como cercana y sencilla, sinuosa como un río calmo. Jean Echenoz en estado puro, uno de los mejores escritores del panorama internacional en la actualidad» (Cambio 16).

2 comentarios:

  1. A mí me dejó a medias. Un reportaje de suplemento dominical novelizado (intachable técnicamente, eso sí, no como sucede en estas publicaciones) y ya... No le veo más

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  2. Es posible que esté sobrevalorado, no digo que la batería mediática que lleva la promoción de este autor no sea pura especulación o/y márquetin. sin embargo esta manera de afrontar una biografía no biografía, dejando tantas cosas sin decir, como haciendo un simple esbozo desganado del personaje, qué quieres que te diga, me parece fresco, aunque sí, estoy contigo, posmoderno.

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