Canadá, Richard Ford

La gran literatura, si podemos llamarla así, trabaja la trama y el desarrollo narrativo de la novela hasta construir una entidad propia sin fisuras, sin dobleces. La entidad psicológica de los personajes, la historia, se convierte en hechos verosímiles,posibles, para recrear un mundo que existe en otra dimensión, en la parte ignota para los que no leen, en la parte hermosa de nuestros cerebros de lectores. Estas historias siempre permanecen, y lo hacen porque han conseguido que las hagamos nuestras de alguna manera imperceptible, nada consciente, claro, pero nuestras al fin y al cabo.

Canadá es una gran novela. Vaya afirmación. Gran por la extensión, es una extensión importante, y grande por el contenido. Dividida en tres partes, recrea las edades del hombre, en nuestro caso del personaje principal, Dell,que podrían ser: descubrimiento del mundo, con la sucesión de acontecimientos que sirven de desencadenantes a la acción; crecimiento hacia la vida adulta, o camino hacia la vida adulta, formación de la personalidad, descubrimiento del propio yo; y edad madura, aceptación de lo que fue y es.

Richard Ford lo hace al estilo inequívoco de la novelística norteamericana, con una prosa firme, poderosa, llena de matices y rica en posibilidades. Con un trama muy bien construida y coherente que hacen que el lector se encuentre a gusto con lo leído.

La novela intenta esclarecer las relaciones de culpabilidad y aceptación que los padres dejan en los hijos, y cómo sus actitudes, de los padres, pueden marcar el ritmo de toda la vida comos seres adultos de estos, porque un robo a un banco, mal planeado e innecesario, marcará sin remedio los devenires de la vida de nuestros mellizos, Dell y Berner, llevándole a él, a Dell, a un Canadá desconocido y, en muchos sentidos, inhóspito.

Pero culpar a los padres de las dificultades de tu propia vida al final no te lleva a ninguna parte.

Por eso Dell acepta su destino y estudia, se licencia, y se dedicará la docencia. El autor no nos lo cuenta, no hace falta, digamos que esa parte es la sencilla, la anodina: estudiar, enamorarse, casarse, comprar un piso, un coche, esa no tiene importancia. La que sí que la tiene es la literaria, la que forma el carácter, la que configura al héroe en todas sus dimensiones, y esa, claro, es la que nos cuenta.

Es un libro tranquilo que se recrea en la sucesión con una calma necesaria en estos tiempos de sucedáneos de entretenimiento, hecho con la maestría del artesano para que el lector vaya asimilando las diferentes cadencias narrativas que apreciamos en cada una de sus tres partes.

Los temas, además de la filiación y la paternidad son variados: la dimensión de la maldad humana, encarnada en Arthur Remlinger, del egoísmo, en sus padres, la desidia ante lo que ocurre, en Berner.

Como he dicho al principio, una gran novela, inteligente, compleja y hermosa a un tiempo. La podemos encontrar en Anagrama, y os dejo datos interesantes.

ISBN 978-84-339-7871-4
PVP SIN IVA 23,94 €
PVP CON IVA 24,90 €
Nº DE PÁGINAS 512
COLECCIÓN Panorama de narrativas
TRADUCCIÓN Jesús Zulaika

Dell Parsons tiene quince años cuando sucede algo que marcará para siempre su vida: sus padres roban un banco y son detenidos. Su mundo y el de su hermana gemela Berner se desmorona en ese momento. Con los padres en la cárcel, Berner decide huir de la casa familiar en Montana. A Dell, un amigo de la familia le ayudará a cruzar la frontera canadiense con la esperanza de que allí pueda reiniciar su vida en mejores condiciones. En Canadá se hará cargo de él Arthur Remlinger, un americano enigmático cuya frialdad oculta un carácter sombrío y violento. Y en ese nuevo entorno, Dell reconducirá su vida y se enfrentará al mundo de los adultos. Una bellísima y profunda novela sobre la pérdida de la inocencia, sobre los lazos familiares y sobre el camino que uno recorre para alcanzar la madurez.

«Uno de los mejores estilistas y uno de los narradores más humanistas de América... Es su libro más elegiaco y profundo» (Ron Charles, The Washington Post).

«Un grandísimo escritor» (M. Dirda, The New York Review of Books).

«Un vasto y magnífico fresco. Ésta es una de las primeras grandes novelas del siglo XXI» (John Banville).

«Fascinante» (Colm Tóibín).