sábado, 25 de mayo de 2013

Con el agua al cuello, Ληξιπρόθεσμα Δάνεια, Trilogía de la crisis, 1 Petros Markaris


Portada de Con el agua al cuelloGran parte de la novelística actual, bueno, rectifico, gran parte de las novelas publicadas por las editoriales actuales, mejor, no están por editar libros de contenido político, de contenido crítico con el poder y con la gran tela de araña de la realidad, por eso es de agradecer que los autores consagrados reflexionen sobre lo que ocurre a nuestro alrededor con un espíritu crítico.
Debo reconocer, he de ser sincero, que mantengo intacto un espíritu ácrata que me mueve hacia la violencia intelectual, hacia la denuncia y hacia la insumisión, agradezco, en este sentido, no ser una persona sensata y madura, sino un adolescente cabreado, al menos en lo intelectual, aunque reconozco, a mi pesar, que en lo cotidiano, estoy contaminado absolutamente por lo esperable, por la burocracia, por el modo de ser postmoderno, e incluso, por la vacuidad. Ser contradictorio no es un defecto, no saber con claridad en muchas ocasiones lo que pienso, tampoco. Por eso, para mí, este libro de Márkaris es un soplo de aire fresco: es canalla, irreverente, cruel y violento, sabio, y refleja el dolor del hombre ante un poder ciego y sordo, oligárquico y alejado hasta el infinito, del interés del hombre .

Jaritos ya ha casado a su hija, en la sociedad tradicional griega la familia es tan importante como en cualquier otra nación mediterránea, la familia es un todo con cabeza, cuerpo y pensamiento propio, es parte de nuestra idiosincrasia, y por ende, de la de Jaritos. La trama mezcla, como siempre, la vida particular de nuestro policía y la acción asesina: alguien decapita a prohombres que representan al capital en Grecia, un banquero retirado, un representante de la Troika, es decir, a aquellos que son intuidos por el griego medio como culpables del dolor que están padeciendo. Porque esta novela habla del dolor del pueblo, del dolor del ciudadano que pierde sus derechos, de la persona que se ve humillada por la pérdida de su casa, de su negocio, o de su dignidad. El ciudadano atemorizado, acobardado por los resortes del poder, sometido por el capital a sus designios, a sus tribulaciones. Si leemos esta novela, nos damos cuenta de que la realidad puede ser diferente a la que nos presentan en la prensa, a la que vemos a diario en todos los telediarios, la realidad es la que palpa el pagano, la que padece el miserable, la que ejecuta el vagabundo. Por eso la novela se mueve en estos ámbitos, en los ámbitos de los que no escriben la historia.
El género policíaco ha evolucionado mucho en Europa, y ya sabéis mi opinión, ha sido completamente reescrito por los autores mediterráneos que le han dado un giro absolutamente necesario. No se fijan tanto en lo truculento del crimen, aunque en este caso el crimen pueda serlo (desde mi punto de vista la decapitación se convierte en una metáfora de liberación y reivindicación del individuo, sometido a los designios de los pensantes mandarines) , como en la reflexión sobre el hombre contemporáneo y sus necedades y miedos. Por eso, nuestra novela, da con el secreto para interesar a los desheredados del sistema: refleja al hombre despojado en sus miserias y virtudes, y se centra en lo cotidiano como alegoría de lo que puede ser. Como con Brunetti o Montalvano, el asesino no tiene que ser castigado necesariamente, porque la muerte puede ser una metáfora de lo que necesitamos: reflexionar sobre lo que somos y en qué nos hemos convertido.
Como siempre la publica en España, Tusquets, y aquí os dejo la sinopsis:


POLICIACOS (F). Otros
Octubre 2011
Andanzas 650/6
ISBN: 978-84-8383-357-5
País edición: España
328 pág.
18,27 € (IVA no incluido)


Un caluroso domingo del verano de 2010, el comisario Jaritos asiste a la boda de su hija Katerina, esta vez por la Iglesia y con fanfarria musical. Al día siguiente, poco después de llegar a Jefatura, le informan del asesinato de Nikitas Zisimópulos, antiguo director de banco, degollado con un arma cortante. El macabro homicidio coincide con una campaña que alguien, amparándose en el anonimato, ha emprendido contra los bancos, animando a los ciudadanos a que boicoteen a las entidades financieras y no paguen sus deudas e hipotecas. Lo cierto es que Grecia, al borde de la bancarrota, pasa por un momento muy crítico, y la población no duda en salir a la calle para quejarse de los recortes en sueldos y pensiones. Para colmo, Stazakos, el jefe de la Brigada Antiterrorista, sostiene que el asesinato de Zisimópulos podría ser obra de terroristas. Jaritos, en desacuerdo con esa hipótesis, tendrá que apañárselas con sus dos ayudantes para enfrentarse a un asesino cuyos crímenes apenas acaban de empezar.

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