El enredo de la bolsa y la vida, Eduardo Mendoza

Eduardo Mendoza es un autor especial, que, como ningún otro, ha sido capaz de aunar en toda una obra, diferentes géneros, diferentes tonos, y diferentes estilos. Desde el periodístico en la Verdad sobre el caso Savolta, hasta la reflexión en Riña de Gatos, Madrid 1936, comentada en este Blog. 

El enredo de la bolsa y la vida, se añade a lo que yo llamo novela satírica del absurdo, que entronca con maestros del género como Quevedo, Mihura o Jardiel Poncela. Es un género muy español, aunque tenemos muestras interesantes en todas las literaturas (La conjura de los necios). Este libro es el cuarto de la serie que componen: El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras, y que están protagonizadas por el peculiar detective Ceferino, no sabemos, la verdad, si ese es su nombre. En todo caso nuestro detective anónimo, es un desequilibrado social, inadaptado y peculiar personaje que se mueve por el mundo del hampa ridículo, o de la prostitución, su hermana, absurda. Los personajes que desfilan por estos libros: alcaldes, políticos, asesinos internacionales, policías, Ángela Merkel, son retratados desde la ironía, desde lo absurdo de sus realidades para convertirse en esperpentos que caracterizan un tópico determinado. El hijo del psiquiatra con el que tanto se enfrentó, es el portavoz del Clínico, porque su carrera de cirujano hacía peligrar la vida de los pacientes. Su hermana es una prostituta estrafalaria y beata que se retira al casarse con su cuñado y socio en una peluquería de señoras donde solo entran los insectos, los roedores, el banco para cobrar la hipoteca, y los chinos para hacerse con el local y montar un restaurante. La policía con pocas luces, necesitada del arte absurdo de nuestro personaje para desentrañar misterios que solamente actuaciones absurdas, pueden solucionar. Ángela Merkel, que se deja secuestrar por amor. El pollo, estatua viviente, y estafador de poca monta, que sustituye al jefe de protocolo del Ayuntamiento de Barcelona; o el alcalde perpetuo, que sobrevive, incluso, a un atentado mortal que vuela por los aires el balcón principal del Ayuntamiento.

Todo es absurdo, un entretenimiento del autor que hace pasar un rato agradable al lector que se enfrenta, así, al sunami incontenible de la contemporaneidad..

Os dejo la sinopsis de la editorial, Seix Barral: El anónimo detective de El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras regresa a la acción en tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una carrera contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los servicios de seguridad del Estado.

Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda, Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.

Eduardo Mendoza regresa con una sátira genial, como las que sólo él sabe hacer. En ella la fábula crea su propia verosimilitud, que es, paródicamente, la del género policial, y la de la farsa convertida en apólogo moral. No se puede contar el libro sin una sonrisa; pero es imposible leerlo sin carcajadas, y sin comprender que en la Europa en quiebra técnica que habitamos no basta con el humor dinamitero e inventivo: es preciso, además, el don de la lucidez.